Tecnólogo en Diseño y Mecánica Industrial. Estudiante en Ingeniería Mecatrónica. Desde muy joven he sido una persona curiosa, alegre y con una energía que siempre busca expresarse en algo nuevo. Tengo 19 años, mi camino profesional y personal ha sido moldeado por una mezcla de intereses: la ingeniería, el diseño, la creatividad, el deporte, los videojuegos y, sobre todo, el deseo constante de aprender cosas nuevas y conectar con las personas que me rodean. Desde niño destaqué por ser alguien divertido, amigable y con facilidad para adaptarme a diferentes grupos. Siempre me gustó rodearme de personas y compartir momentos que se volvieran memorias valiosas. Creo profundamente que la vida sabe mejor cuando estás acompañado: cuando tienes con quién reír, con quién crecer y con quién compartir cada pequeño logro. Por eso, a lo largo de los años, he procurado construir relaciones basadas en la confianza, el respeto y la autenticidad. Las amistades, para mí, no son algo pasajero; son un componente esencial de lo que hace que la vida tenga sentido. Mi interés por la industria y el diseño no nació en la infancia como suele pasar con algunas personas. En mi caso, llegó cuando entré a estudiar. Durante mi formación como Tecnólogo en Diseño y Mecánica Industrial descubrí un mundo que no sabía que me iba a fascinar tanto: la posibilidad de crear objetos reales con mis manos, de imaginar algo y luego darle forma en un plano, un diseño o una máquina. Desde el primer semestre me di cuenta de que este era el lugar donde realmente encajaba. Entender cómo funciona un mecanismo, analizar una pieza, interpretar planos, diseñar sistemas funcionales… todo esto despertó un sentimiento que hasta hoy sigue creciendo: la emoción de crear. Uno de los proyectos que más ha marcado mi camino fue la construcción de una inyectora de plástico manual, un reto que me exigió paciencia, creatividad, disciplina y una enorme cantidad de ensayo y error. Aunque se trata de una máquina sencilla que sirve para fabricar llaveros, lo que la vuelve especial es su diseño modular: puedo cambiar los moldes con facilidad para fabricar diferentes productos. Diseñé el sistema precisamente para eso, para que fuera adaptable, práctico y eficiente. Fue un esfuerzo enorme que requirió horas de diseño, pruebas, ajustes y fabricación, pero también fue una experiencia que me enseñó muchísimo sobre procesos, materiales, precisión y constancia. Hoy es un proyecto del que estoy profundamente orgulloso porque representa mi capacidad para transformar una idea en una realidad funcional. A medida que fui avanzando en mis estudios, mi interés por la ingeniería y el diseño se fue haciendo más profundo. No solo me gusta crear cosas, sino comprender qué hace que funcionen como deben, cuáles son sus límites, cómo optimizarlas y cómo lograr que sean útiles y visualmente atractivas. Por eso decidí continuar mi camino en la Ingeniería en Mecatrónica, buscando un enfoque más profesional y orientado al desarrollo de tecnología, automatización y diseño aplicado. Me emociona la idea de combinar mis habilidades en diseño mecánico con electrónica, programación y sistemas inteligentes. Siento que este es el tipo de formación que me permitirá en el futuro participar en proyectos más grandes, complejos y ambiciosos. Durante mis estudios también tuve experiencias que marcaron mi crecimiento personal más allá de lo académico. Una de ellas fue estudiar inglés. Estoy certificado con el TOEFL ITP y guardo muy buenos recuerdos de mis clases. Mis profesores tenían una habilidad increíble para hacer las sesiones ligeras, entretenidas y al mismo tiempo productivas. Gracias a ellos aprendí sin sentir que estaba estudiando por obligación. Además, hice amigos con quienes compartí momentos que todavía recuerdo con cariño. Hoy muchos ya tienen vidas más ocupadas, familias o responsabilidades que hacen difícil volver a coincidir, pero me gustaría verlos de nuevo algún día. Es un capítulo de mi vida que recuerdo con mucha gratitud. Si hay algo que siempre ha estado presente en mi vida, es mi amor por los videojuegos. Mi primera consola fue una Nintendo DS, y hasta hoy sigo pensando que es la mejor consola portátil que se ha creado. Fue con ella con la que descubrí lo que se volvería un pasatiempo, una forma de aprender, una fuente de inspiración y un espacio para relajarme y disfrutar. Me encantan los videojuegos de deportes, sin importar cuál sea el tipo. Tal vez esa pasión viene de mi gusto por el deporte en la vida real. Sigo equipos como los Dodgers, el Miami Heat, los Washington Commanders, el FC Barcelona y el Atlas. Me gusta ver partidos, analizar jugadas, emocionarme con las victorias y sufrir las derrotas. Pero más allá de eso, me gusta la idea de los logros en equipo, la competencia sana y las rivalidades entre ciudades o franquicias. Me divierte la actitud confiada (y a veces arrogante) e ciertos deportistas, porque eso le da personalidad y emoción a cada enfrentamiento. Las rivalidades deportivas son historias vivas que hacen que los partidos no solo sean juegos, sino espectáculos llenos de emoción y carácter. En cuanto a videojuegos fuera del género deportivo, disfruto muchísimo los RPG. He jugado Pokémon, varios Dragon Quest, Persona y Expedition 33, entre otros. De hecho, Expedition 33 se convirtió en uno de mis favoritos por su gameplay y la manera en que renovó muchas ideas del género. También me gustan los juegos de simulación, especialmente Stardew Valley, un juego al que le tengo un cariño especial por lo relajante y completo que es. Hace poco jugué Hollow Knight; era la primera vez que probaba un metroidvania y me sorprendió muchísimo. Todavía no lo termino, pero entiendo perfectamente por qué tantas personas lo consideran una obra maestra. Estoy esperando con ganas su secuela, que promete muchísimo. Sin embargo, si hay un juego que puedo llamar mi favorito absoluto, ese es Cuphead. Es el único juego al que le he sacado platino. No lo hice por los logros en sí, sino porque se volvió un reto personal terminarlo sin recibir daño, con rango S. Para mí, esos desafíos valen más que cualquier trofeo digital porque representan esfuerzo, concentración, paciencia y disciplina. Ese tipo de retos me han enseñado que, incluso en los videojuegos, la satisfacción real viene del esfuerzo que pones. La música también es una parte importante de mi vida, porque siento que cada canción tiene la capacidad de acompañar momentos, motivar, inspirar o simplemente mejorar cualquier día. Mis gustos musicales son bastante variados, pero si tuviera que elegir a mis favoritos, definitivamente diría que soy muy fan de The Weeknd y del R&B en general. Me encanta ese estilo porque mezcla emoción, ritmo y una vibra única que siempre logra atraparme. También soy admirador de Michael Jackson; su música, su estilo y su impacto en la industria siguen siendo incomparables, y creo que muchas de las canciones que disfruto hoy están influenciadas, de una u otra forma, por él. Aun así, no me limito a un solo género: escucho de todo. Desde pop hasta rock, rap, baladas, música electrónica o incluso regional, siempre estoy abierto a descubrir sonidos nuevos. Creo que la música es más rica cuando no te cierras a una sola casilla, y por eso disfruto explorarla sin límites. Más allá de mis intereses, me gusta pensar en quién soy en esencia. Me considero una persona curiosa, apasionada por lo que hace y siempre dispuesta a aprender. Me gusta vivir experiencias que me reten, que me impulsen y que me ayuden a conocerme mejor. También valoro mucho la amabilidad y el respeto; creo que son cualidades necesarias para construir cualquier relación significativa. Me gusta ser alguien confiable, alguien que está ahí para sus amigos, alguien que aporta algo positivo a cada lugar que pisa. En el futuro, me imagino trabajando en algún puesto que combine ingeniería, diseño y creatividad. Quiero seguir desarrollando proyectos que tengan impacto, que resuelvan problemas reales y que representen lo que soy. Me entusiasma la idea de trabajar en diseño de productos, robótica, automatización o manufactura inteligente. También sueño con crear mis propios diseños, quizá incluso desarrollar mis propias máquinas o dispositivos. Me veo trabajando con pasión, aprendiendo siempre, creciendo constantemente y disfrutando el camino tanto como el destino. En resumen, soy alguien que ama lo que hace, que disfruta lo que aprende y que valora profundamente a quienes lo rodean. Mi historia está hecha de esfuerzos, amistades, proyectos, videojuegos, deportes, experiencias y sueños. Y aunque todavía tengo mucho que aprender y vivir, me siento feliz con la persona en la que me estoy convirtiendo y con el camino que estoy construyendo para mi futuro.